jueves, 22 de abril de 2010

LA RELIGIOSIDAD DE LA SEMANA SANTA EN AMÉRICA LATINA.


Durante la Semana Santa que finalizó hace algunos días observamos devociones y prácticas religiosas que expresan la oración y meditaciones de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo: Misas, celebraciones litúrgicas, penitencias, comidas de Semana Santa. Visitas a santuarios y templos religiosos.

Pero, corremos el riesgo de quedarnos en una religiosidad popular ritual, que puede ser una práctica religiosa, que no lleve a una auténtica experiencia religiosa de fe. La Semana Santa debe llevarnos a Jesucristo, mediante la conversión, confesión, Eucaristía y testimonio cristiano en la Iglesia y la sociedad. Lo más importante en el camino de la santidad y de la Espiritualidad no es no cometer pecados y cumplir con una serie de ritos, sino algo más importante, comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con la Virgen , la Iglesia y las demás personas que encierra lo anterior.

Las prácticas de la devoción en Semana Santa son un medio para seguir nuestro camino de fe hacia la perfección cristiana, no podemos conformarnos con que todo llega a esto y para qué más compromiso cristiano, así que se debe trabajar por la religiosidad popular auténtica y el compromiso cristiano que permite llegar a una amistad plena con Jesucristo, no poner peros a su amor infinito y santificador, ser Iglesia con los demás.

Parecen contradictorios los escenarios en que sucede la Semana Santa, en Europa, con el aire secularista, se quiere llevar lo sagrado a lo privado, para encerrar el culto, qué problemático este asunto, mientras en América Latina, hay una religiosidad de tanto fervor y piedad que sobran las prácticas religiosas y se multiplican con la espontaneidad y el afecto característicos de nuestra gente.

En estos días se han ofrecido promesas penitencias y mandas para alcanzar favores por la pasión del Señor y la intercesión de la Virgen, de los Angeles y los santos, se han caminado las procesiones con cirios y veladoras para tocar el corazón de Dios, se ha participado en familia de la procesión y Misa del Domingo de Ramos, en forma multitudinaria, llevando los tradicionales cogollos de palma, toda la familia en oraciones y buenos propósitos, no importando el sol y la lluvia en algunas ocasiones, se ha observado el ritual del lavatorio de los pies con escenas representadas por jóvenes y adultos, el Viernes santo, se ha venerado la Cruz en forma solemne y la participación en las escenas del Vía Crucis en vivo, verdaderos íconos cristianos representativos dando toque sagrado a nuestro contexto socio-cultural, nadie se pierde de esto, desde pequeños en brazos de sus padres y los mayores de edad, con una fe acumulada, con tanta tradición en sus espaldas y así se da la transmisión a través de los ritos de la fe cristiana. Se ha llevado en procesión a Cristo en el santo sepulcro hasta finalizar en el cementerio de la ciudad, de este pueblo grande que cree .

En la solemne Vigilia Pascual, la bendición de las veladoras y del agua que llevan en botellas plásticas, porque quieren llevarse un poco de lo sagrado a la casa, quieren hacer de su casa un templo, para el perdón de los pecados y la salvación de las familias. El Domingo de Pascua, después de la Misa, los bautismos de niños pequeños para ponerse al día con los mandamientos de la Iglesia.

Miguel Felipe Hernández Arteaga

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