viernes, 2 de abril de 2010

Día 14º. MARTES SEGUNDO (2 de Marzo): la pureza de corazón es el amor con que hacemos las cosas.

Isaías escucha estas palabras de Dios: "Aunque sus pecados sean como
la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos
como la púrpura, serán como la lana". Dios nos perdona siempre, pero
hemos de ir con cuidado porque la naturaleza no perdona y si me caigo
y me rompo la pierna esto no hay quien lo arregle. Pero para Dios todo
tiene arreglo, Él busca la conversión del corazón, he de ser sincero.
Cuentan de un hombre que murió y mientras iba al cielo le decía a su
ángel que sufría porque no sabía qué decirle al Señor, y el ángel le
contestó: "le dirás lo que todos los que le han querido, tranquilo"… y
él insistía, nervioso: "pero lo que más miedo me da es lo que me dirá
el Señor", y el ángel: "te dirá lo que a todos los que le han querido,
tranquilo". Cuando llegó a la presencia de Dios sólo se le ocurrió
decirle: "Gracias, Señor, por quererme tanto", y el ángel decía por lo
bajo: "¿ves? Lo que todos…" y Dios le respondio: "-Gracias a ti, por
pedirme perdón tantas veces", y el ángel otra vez: "¿ves? Lo que a
todos…" porque Dios está esperando que le pidamos perdón, para
podernos perdonar de todo corazón, y así puede limpiarnos más.
Un buen sacerdote contaba de un periodista que le preguntó a Dios en
una entrevista: "-tu que tienes tanto tiempo, ¿a qué te gusta dedicar
el tiempo libre?" y que le contestó: "-a perdonar, hijo mío, a
perdonar". Dios es capaz de «hacer aguas puras con aguas de desagüe»,
«almas puras con almas gastadas»... «almas blancas con almas
sucias»... –"Si aceptáis obedecer, comeréis lo bueno del país".
Promesa de felicidad (Ch. Péguy-Noel Quesson).
El Salmo nos anima a vivir la religión con el amor a los demás, con el
buen consejo, corregir, animar, perdonar, consolar… dice: "El que
ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el
buen camino, le haré gustar la salvación de Dios". Así nuestra
Cuaresma será un éxito, como el que va a una fiesta con un vestido
espléndido. «No todo el que dice "Señor, señor", entrará en el reino
de los cielos»: «Te rogamos, Señor, que esta Eucaristía nos ayude a
vivir más santamente, y nos obtenga tu ayuda constantemente»
(Poscomunión).
El Evangelio nos habla de seguir a Cristo. "El mayor entre vosotros
será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el
que se humille, será ensalzado".
Vimos en Juan Pablo II un ejemplo de amar al enemigo. Perdonar todo y
siempre. El 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, miles
de personas acuden a la plaza de San Pedro para ver a Juan Pablo II.
Una niña rubia con un globo azul levanta sus manitas al Papa, que la
toma en sus brazos y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía
presentir -comenta el secretario del Papa, don Estanislao- lo que iba
a suceder. Cuando el Santo Padre daba la segunda vuelta a la plaza, el
turco Alí Agca disparó contra él... Yo estaba sentado como de
costumbre detrás de¡ Santo Padre, y la bala, a pesar de su fuerza,
cayó entre nosotros en el automóvil, a mis pies. La otra rozó el codo
derecho, quemó la piel y fue a herir a otras personas...".
"¿Qué pensé? Nadie creía que una cosa así fuera posible ...Vi que el
Santo Padre había sido alcanzado. Entonces le pregunté:
¿Dónde está herido?" Me respondió: "En el vientre". Todavía le
pregunté: "¿Es doloroso?". Y me respondió: "Sí"."
"El Santo Padre no nos miraba. Con los ojos cerrados, sufría mucho y
repetía breves plegarias exclamatorias. Si no recuerdo mal, eran sobre
todo: "¡María, Madre mía! ¡María, Madre mía!."
"Cuando llegamos al hospital todo era confusión. Una cosa era
prepararse para recibir a un Papa, y otra verle llegar exangüe e
inconsciente La operación duró cinco horas y veinte minutos, el pulso
era casi imperceptible. Todos temíamos lo peor. Le administré el
sacramento de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo
Padre estaba inconsciente."
"La esperanza renació durante la operación gradualmente. Al principio
parecía que la muerte era inevitable: el Santo Padre había perdido las
tres cuartas partes de su sangre".
"Es extraordinario que la bala no destruyese en su trayectoria ningún
órgano esencial. Una bala de nueve milímetros es un proyectil de una
brutalidad inaudita. Para no causar daños irreparables en una parte
tan compleja del cuerpo, tuvo que seguir una trayectoria improbable.
Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la hubiera alcanzado, habría
sido la muerte instantánea. No tocó la espina dorsal ni ningún punto
vital. Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "
El Papa estuvo en serio peligro de muerte hasta el 15 de julio. Pero
en cuanto pudo, Juan Pablo II se desplazó hasta la cárcel donde estaba
prisionero Alí Agca, quien le disparó. Habló con él, a solas, durante
mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó. Continúa hablándole a Dios con tus
palabras (tomado de Juan Pablo II, Memoria e identidad; com. por José
Pedro Manglano). Señor, qué ejemplo para mí. Como Tú, que perdonaste
desde la Cruz a los que crucificaban: "Perdónales, Padre". iQue
perdone siempre! ¡Ayúdame! Como cristiano no puedo guardar rencor
nunca, me hagan lo que me hagan.
Llucià Pou Sabaté

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